
Tres hábitos veraniegos que debes practicar todo el año para aumentar tu creatividad
Hoy vengo con buenas noticias: la ciencia ha demostrado que actividades tradicionalmente de ocio aumentan el nivel creativo de los profesionales.
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- Estudios neurocientíficos ponen de manifiesto que la siesta tiene como beneficio, además del descanso físico, el aumento de la creatividad.
- La creatividad, se ha estudiado, aumenta proporcionalmente al buen humor y también jugando con algunos videojuegos.
- En este post hablamos de las actividades que te permiten tener una vida más creativa y de cómo puedes integrarlas en tu rutina.
En verano puede que dediques más tiempo a actividades no “productivas” ni obligatorias como, por ejemplo, echar una siesta después de comer, jugar videojuegos, reírte con tus amigos. Sin que tú te des cuenta, con estas actividades estás aumentando tu nivel de creatividad. Si tu trabajo diario requiere tu habilidad de resolver rápidamente problemas complejos, una de las soft skills o competencias más útiles es tu creatividad.
La mayoría de las veces no somos conscientes de que no dedicamos suficiente tiempo a entrenar la creatividad y, como pasaría con un músculo, terminamos por atrofiarla, encontrando enormes dificultades a la hora de resolver problemas complejos.
Comenzar un nuevo proyecto, definir un proceso de trabajo, organizar una mudanza, afrontar un cambio laboral: todos son ejemplos de problemas complejos que requieren un buen nivel de creatividad para ser resueltos en la cotidianidad. Y si te dedicas profesionalmente a un trabajo «creativo», sabes bien que no todo es brainstorming, y a menudo se trata de muchas horas ordenando archivos, retocando fotos o editando videos. Existe un riesgo concreto de perder de vista el entreno de tu principal competencia.
En los descansos veraniegos, recargamos las pilas con actividades que no solemos permitirnos en la rutina laboral pero que, si las incorporásemos, nuestro trabajo también tendría beneficios.
Según un estudio publicado en la revista científica Creativity Research Journal, tomar un descanso de 20 minutos mejora la capacidad del cerebro de resolver creativamente problemas complejos. Este estudio se suma a los anteriores, que demostraron otros beneficios del sueño, como potenciar la memoria, la intuición y la capacidad de adaptación o plasticidad neuronal.
“Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que se creó”
Albert Einstein
¿Quisiera decir nuestro querido Einstein que había que dejar el plano de vigilia para pasar al nivel del sueño? Seguramente no se refería a eso, pero sí está demostrado que una mente descansada es una mente con mayor claridad y capacidad de llegar a ideas más creativas, para la resolución de problemas concretos de forma original o innovadora.
Italia es famosa por sus diseñadores y artistas de alto nivel creativo: no es de extrañar que también tenga en su cultura el “dolce far niente”.
No se trata de volverse perezosos o vagos, pasando todo el tiempo en el sofá: hay que planificar correctamente los tiempos productivos y de descanso, creando rutinas para potenciar la creatividad, de la misma manera en que vamos cada semana al gimnasio o a la piscina.
Si duermes entre 7 y 8 horas cada noche, 20 minutos de siesta por la tarde son un tiempo más que razonable para que tu creatividad siga en buena salud.
En la serie Mad Men, ambientada en una gran agencia creativa de Manhattan, el director creativo Don Draper suele echar la siesta casi a diario, cada vez que necesita ideas innovadoras. (Imagen: Lionsgate)
Pero no se acaba aquí: recientemente han salido a luz dos estudios más, que podemos incorporar a nuestra rutina, tanto si hacemos o no un trabajo creativo. La neurociencia ha encontrado también relación entre creatividad y otras dos actividades tradicionalmente “prohibidas” en el lugar de trabajo, que solemos reservar al tiempo de ocio: las risas y los videojuegos.
En la publicación Why Humor Enhances Creativity (Por qué el humor mejora la creatividad) científicos de las Universidades de Taiwan y de Connecticut han descrito la relación entre el “jajaja” y el “Ajà!” que experimentamos cuando se nos ocurre la solución de un enredo.
La causa reside en que cuando nos reímos, nuestro cerebro produce sustancias que reducen el miedo y las resistencias y permiten aprender y pensar con mayor libertad, porque se activan y conectan con más fluidez todas las áreas cerebrales donde la creatividad tiene lugar.
En muchas empresas donde he tenido oportunidad de trabajar, la cultura de empresa consiste en una auto-imagen de seriedad tan forzada, que reírse está mal visto por trabajadores y directivos. Este esfuerzo genera miedos innecesarios y obstáculos a propuestas y soluciones creativas de los problemas que surgen. Se tiende a “mantener las formas” y a ceñirse a lo que ya se hizo antes, por miedo a perder la seriedad.
¿Te has fijado? Nos permitimos reír sólo cuando estamos en contextos de ocio o de vacaciones, mientras que en el trabajo entramos en un “personaje” de seriedad y compunción que no hace más que limitarnos.
Reirse activa la creatividad. ¿Cuántas veces has reído en el día de hoy? (Imagen: Unsplash)
Aquí también hay matices, por supuesto no se trata de reírse en la cara o (peor) detrás de nadie, sino de usar el buen humor empezando con pequeños pasos, una sencilla sonrisa a la hora de coger el teléfono, ya activa en las neuronas espejo una reacción automática que puede desencadenar un círculo virtuoso de creatividad.
Un tercer estudio científico, esta vez procedente de la Universidad de Iowa, ha encontrado evidencias de que ciertos videojuegos producen efectos positivos en el nivel de creatividad de jóvenes entre 18 y 20 años, en comparación a los efectos que tendría mirar la TV durante el mismo tiempo.
Jugar con ciertos videojuegos es un hábito que puede impulsar tu creatividad. (Imagen: Unsplash)
Se trata de elegir un videojuego concreto (en el caso del experimento, Minecraft) y aprender a jugar con el mínimo posible de instrucciones previas. La metáfora que representa el juego es fundamental para generar ideas creativas, y los videojuegos nos abren la puerta a “gamificar” tareas de nuestro trabajo, convirtiendo problemas en retos motivadores, resolviendo enigmas con estrategias innovadoras.
Como has podido ver, el rol de “empleado serio” y el de “superhéroe creativo” ya no están tan reñidos entre ellos. ¿Qué habito vas a incluir en tu rutina creativa? ¡Cuéntame en los comentarios!
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